Los regalos tecnológicos han sido nuevamente los más populares estas pasadas navidades entre niños y no tan niños. Sin ir más lejos, en mi casa, SS.MM. los Reyes de Oriente han dejado un robot de esos que barren y aspiran el suelo.
Este año, los más populares han sido: Cámaras GoPro; consolas; videojuegos; tablets; auriculares; bicis, patinetes o scooter eléctricos en todas sus variantes; segways; hoverboards y cientos de gadgets. En definitiva, artículos para hacernos la vida más cómoda o más divertida ¿O acaso no es el fin último de la tecnología hacernos la vida más fácil?
Pero entre los peques, el regalo tecnológico estrella es, sin duda, el videojuego. Así que en lugar de entrar en el debate de si tiene beneficios o si son más los inconvenientes, me ha parecido más interesante centrarnos en qué hacer una vez que la consola y los susodichos juegos entran a vivir en nuestra casa.
La clave de los videojuegos es el uso responsable
La clave para todo esto de los videojuegos y demás pantallas, como siempre, no es nada nuevo, es hacer un uso responsable. Suena ya un poco cansado, incluso a discurso rancio, pero es volver a lo más simple. No podemos cerrarnos en banda y dar la espalda al mundo en el que viven nuestros hijos. La tecnología ha llegado a nuestras vidas para quedarse. Y para los menores que han nacido en esta época es lo más normal, lo cotidiano. Pero no por ello los padres tenemos que claudicar, sino más bien todo lo contrario. Nuestra tarea consiste en estar al día para acompañar a nuestros hijos en su desarrollo, en todos sus aspectos, y este es uno de ellos.
Para lograr ese uso responsable del que hablamos, nada mejor que contar con un vídeo elaborado por la AEVI (Asociación Española de Videojuegos) para promover el uso y la responsabilidad social al mismo tiempo.
El vídeo explica muy bien las recomendaciones que yo le haría a cualquier padre:
* Antes de comprar, elije bien el juego en función de la edad recomendada del jugador.
* La que debería ser la primera recomendación es siempre jugar con tu hijo. Eso es algo básico con cualquier juego para poder conocerlo.
* Utiliza el control parental, pues así podrás supervisar el uso y restringir los contenidos de pago.
* Establece un horario: qué días y cuántas horas se puede jugar y deja esas normas muy claras para que no haya problemas.
Estas pautas y algunas más reflejadas en el vídeo nos ayudarán a ver con otro ojos ese «enemigo» que se nos ha colado en casa.
Finalmente, recuerda, que además de los videojuegos, existen otros juegos igual de entretenidos o más y que también educan y divierten.
Elisa López
10 en Conducta
Psicóloga Infantil Málaga